Tanto en charlas y talleres como en conversaciones cotidianas, cada vez más escucho a padres preocupados por que sus hijos puedan manejar mejor el estrés, las exigencias actuales y la ansiedad. Están muy conscientes de que estos factores afectan en gran medida no solo su desempeño escolar, sino también, su salud y bienestar.
Y no es para menos, de acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud, cerca de 1 de cada 3 adolescentes entre las edades de 13 y 18 puede tener un trastorno de ansiedad. (www.healthy children.org).
La ansiedad es un estado de preocupación o agitación por algo que aún no ha sucedido. A mi personalmente me gusta llamarle como escuché en una ocasion en un taller, “exceso de futuro”. Y así es, podemos sentir ansiedad, por ese examen que tenemos pendiente, por si nos irá bien en la entrevista, por si nos devolverán la ansiada llamada. Es normal que nos preocupemos, pues nos interesa y queremos que todo salga como esperamos. Sin embargo, la mayoría de las veces lo hacemos en exceso y por cosas de las que no tenemos control. Por esta razón, debemos contar con estrategias para manejar esa incertidumbre.
Como coach ejecutiva y de vida, me encanta explorar posibilidades y enfocarme en lo que sí puedo hacer vs. en lo que no.
Aquí te presento algunos tips que he aprendido y sigo aprendiendo para ayudar a los jóvenes y no tan jóvenes a manejar la ansiedad.
1. Sea modelo - Permítase manejar su propia ansiedad, no la oculte, trabájela. Sabemos que nuestros niños aprenden con el ejemplo. Llevará un mensaje más coherente si usted también aplica las herramientas para trabajar consigo o lo hacen juntos vs intentar mostrar que usted no se afecta. Su hijo se dará cuenta y valorará más su autenticidad.
2. Tenga empatía - No subestime las reacciones, ni lo compare; sus experiencias, gustos y personalidad son diferentes a los suyos. Cada hijo percibe las situaciones de maneras diversas. Lo importante es validarlo y animarlo a enfrentar su situación y buscar ayuda.
3. Retírese – Bríndele herramientas y espacio para reflexionar y actuar; no le resuelva ni le evite situaciones. Apóyele cuando lo necesite, sin embargo, nuestro cerebro encuentra mejores soluciones cuando experimentamos algo por nosotros mismos que cuando nos dan todo dado.
4. Conecte – Pregúntele cómo se siente y escuche sin opinar; observe su lenguaje no verbal. Hágale preguntas abiertas en lugar de preguntas cerradas; por ejemplo: evite decir: ¿te sientes ansioso por la prueba? vs. ¿cómo te sientes en relación a la prueba? Luego de escucharlo, en lugar de brindarle una solución, invítelo a que la encuentre: ¿Qué puedes hacer al respecto? Observe sus gestos y los suyos: sus manos, su contacto visual, su postura.
5. Empodere – Recuérdele para qué quiere manejar su ansiedad; los beneficios que obtendrá y sus capacidades para lograrlo. Este puede ser un proceso muy fuerte para ambos. El enfocarle en el para qué debe trabajar con su ansiedad, los beneficios y sus capacidades, lo ayudará cuando piense que no puede.
¿Qué te parecen estos tips? ¿Qué otros puedes compartir? Nuestros hijos viven una realidad muy diferente a la nuestra, igual que nosotros vivimos una muy diferente a la de nuestros padres.
¡Detente y conecta con ellos para que juntos puedan lograr los cambios que anhelan!
Si deseas unirte a los padres comprometidos en buscar herramientas para continuar su desarrollo personal y el de sus hijos, comunícate para una sesión individual virtual o presencial de coaching. Me puedes contactar en info@laurateruel.com.
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Un abrazo,
Laura Teruel
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